Día 1 - 06/04/2014
Proaño - Brañavieja
(Proaño - Pto. de Piedrasluengas)
Aprovechando la cercanía que tenemos para esta etapa, la vamos a dividir en dos tramos de un día. En el primer tramo haremos desde Proaño a Brañavieja y en el segundo tramo haremos desde Brañavieja hasta el Puerto de Piedrasluengas. En este apartado hablaremos del tramo que va de Proaño a Brañavieja.
Proaño - Brañavieja (06/04/2014)
Partiremos del Pueblo de Proaño (970) saliendo por una pista dirección Norte que dejaremos pronto al pasar una empalizada y siguiendo después dirección Oeste. Subiremos al principio por bosque para seguir a continuación por terreno despejado para llegar a la Garma de los Ladrones (1817). Seguiremos subiendo hasta llegar a la cima redondeada del Liguardi (1967). Después descenderemos a un collado para volver a subir hasta el Pico Cordel (2061). Perderemos un poco de altura para luego ascender al Ijan (2085) . Seguiremos por las cresta hasta alcanzar la Peña Cuencagen (2053). Después ya solo queda descender desde el collado que sigue a la peña en dirección a Brañavieja (1640).
La marcha tendrá una distancia aproximada de 14 kilómetros y un desnivel de 1400 metros. Para la que se estima una duración de 7 a 8 horas. También existirá la posibilidad de hacer un recorrido alternativo de 12 kilómetros y un desnivel de subida de unos 800 metros. El tiempo estimado sería de unas 4-5 horas.
Mapa
Perfil de la Marcha Marcha Opcional Proaño Brañavieja Proaño Brañavieja
Viernes 6 de abril; 7,30 de la mañana en Torrelavega. Subimos en el autobús de Juan, que llega con nuestros compañeros de Santander, para llevarnos a todos al Valle de Campoo.
Nos dirigimos hacia Proaño, realizando la parada de costumbre para que la gente desayune y compre pan. En el camino Dimas comenta la marcha de hoy y los próximos eventos de la Deportiva.
Después de hacer la fotografía de todos los participantes como recuerdo de la 1ª Etapa de la Transcantábrica, a las 9,25 horas se inician los dos recorridos, ambos, con final en Brañavieja.
Por delante quedan unos 14 kilómetros y 1.500 metros de desnivel, aproximadamente, para los que optan por la marcha más exigente. Son una treintena de montañeros los que eligen ascender los picos previstos.
Aunque la marcha se inició con niebla, teníamos la certeza de que, más arriba, el cielo estaba despejado. Y así fue. Durante toda la jornada el día se mantuvo despejado y soleado, permitiéndonos disfrutar del recorrido y de las excelentes vistas del paisaje.
Después de caminar un rato por una pista, iniciamos el ascenso por terreno despejado de vegetación, hasta alcanzar el bosque. En este punto, aprovechamos que la niebla se había disipado completamente y, en vez de continuar por la pista, optamos ascender directamente por el bosque, recortando los aburridos zig-zag del camino.
Al terminar el bosque, todo fue un interminable subir y subir, que se hubiera hecho monótono sino llega a ser por las estupendas vistas que pudimos disfrutar.
A las 12 de la mañana, los más rezagados llegábamos al Cueto Liguardi (1.974 m.) y nos hacíamos una fotografía en la cumbre, después de haber superado casi 1.000 metros de desnivel.
Cueto Liguardi
Hecha la fotografía en la cima y tras un breve descanso, nos dirigimos hacia el segundo pico de la jornada. Inevitablemente, tuvimos que descender unos 300 metros hasta el collado, para tener que recuperarlos de nuevo. Desde el collado veíamos como la cabeza de grupo ascendía por donde había menos nieve, hasta llegar a la cima del Pico Cordel (2.043 m.)
Caminando hacia el Cordel (Se puede ver el pico Cordel a la izquierda y el Ijan a la derecha)
Así que fuimos siguiendo sus pasos para alcanzar nuestro segundo pico del día: el pico Cordel Eran las 13:30 cuando ya estábamos todos en la cumbre. Un descanso, la fotografía habitual, y a continuar. Ahora ya había que pensar en el Cueto Ijan.
Pico Cordel
De nuevo, otro descenso a un collado, sin muchos problemas, a excepción de saber que toda esa altura perdida, teníamos que recuperarla de nuevo para ganarnos el Ijan. Esta vez, pisamos algo más de nieve que en las dos cimas anteriores, aunque sin ser nada preocupante. De hecho, no fue necesario usar el piolet ni los crampones en todo el recorrido. Lo que si se notaba ya, era el esfuerzo por el desnivel acumulado que llevábamos en nuestras piernas. En ese punto eran, aproximadamente, 1.400 metros de desnivel positivo.
Por fin llegamos sobre las 15:00 al Cueto Ijan (2.084). Aquí descansamos y paramos a comer. Muchas fotografías en el pico y también de los paisajes que teníamos alrededor. Tuvimos un fantástico mirador mientras comíamos, disfrutando también del buen tiempo que hacía, aunque tampoco sin estarnos mucho tiempo no fuera a ser que cambiara el viento y las nubes.
Comiendo en El Cueto Ijan
Continuamos, esta vez sin perder mucha altura, por el collado de Cuencagen, ascendiendo casi sin desnivel al Cuencagen o Pico Cordela (2.053) sobre las 15:40.
Pico Cordela O Cuencagen
Ya solo nos quedaba iniciar el descenso hasta Brañavieja. Cosa que pudimos hacer de una manera bastante cómoda por el estado en que se encontraba la nieve.
A las 16:20 terminamos la marcha en Brañavieja. Aprovechando que La Corza Blanca estaba abierto, pudimos tomarnos una cerveza y esperar al grupo que hizo la travesía por abajo. Como llegaron más pronto, se permitieron el lujo de seguir caminando hasta el mirador del Chivo.
El otro grupo que optó por llevar a cabo la opción B resultó ser bastante
numeroso debido a que las inclemencias del tiempo y la posible presencia del
hielo en la cumbre les desanimó. También sabíamos
que
la marcha alternativa iba a ser preciosa porque en Campoo la primavera ya
está pidiendo sitio y el paisaje es de gran belleza.
Comenzamos a caminar en Proaño a un ritmo suave, con bastante frío y muy
buen ánimo. Es decir, como siempre nos ha caracterizado en La Depor. El
primer tramo consistía en llegar a Villar, donde, desafortunadamente,
encontramos la iglesia cerrada. De todos modos, estábamos impresionadísimos
por las casonas montañesas blasonadas tan frecuentes en este singular Valle
de Campoo.
Durante el camino hacía el siguiente
pueblo, Hoz de Abiada, se produjeron momentos de mágica belleza, pues
atravesábamos un cagigal con la niebla dentro de él, por lo que algunos
pensaban que nos encontraríamos con seres mitológicos, cuando los
mitológicos somos nosotros, sobre todo si hemos bebido el vermú.
Por fin llegamos a Hoz de Abiada, bonito pueblo dónde pudimos ver los restos de “El Abuelo”, uno de los árboles más legendarios de nuestra tierra. Con gran alegría, algunos se fotografiaron junto a una rama que nace con fuerza del tocón del centenario nogal, como una auténtica metáfora de nuestra tierra.
A continuación llegamos a Abiada y no cuento nada porque estaba a quinientos
metros. Pero, a partir de ahí la ascensión iba mejorando, ya que nos
aproximábamos a buen paso al “Acebal de Abiada”, formado por unos acebos,
obviamente, de dimensiones espectaculares para lo que estamos acostumbrados
a encontrarnos por la montaña. Tal fue la impresión que hubo que parar a
tomar un refrigerio antes de comenzar el ascenso a las brañas, cual ganado
en primavera.
El día era soleado, estábamos con fuerzas y nos acompañaba un perro desde Proaño (que fue bautizado con diferentes apelativos que omitiré por respeto a la directiva). Al llegar a una amplia zona asfaltada que sospechamos podría tratarse de un aparcamiento (lo fundamentamos en la presencia de coches y de un autobús de la empresa Juan), nos planteamos si comer o seguir.
La gente estaba animada a seguir, unos por afición y otros también por afición, pero a la cerveza en su caso, y ante tal unanimidad subimos hasta el Chivo, en cuya cafetería procedimos a tomar la comida. Algunos con inquietudes científicas analizaron la influencia de la altitud en la cerveza enlatada.
Durante la tertulia de sobremesa empezamos a recibir información acerca de que estaban llegando e inmediatamente iniciamos el regreso para reunirnos con ellos. Como nota de tristeza, podría contar algo sobre la despedida del perro campurriano, pero tal vez nos le volvamos a encontrar…..